ABANICO/ De ruidos, prejuicios y otros demonios
Por Ivette Estrada En la mitificación del líder tendemos a asumirlo como fuerte, motivado, decisivo y seguro. Pero en la realidad también debe transitar por habilidades como autoconciencia, humildad y compasión. Implica cruzar de la efectividad y confianza convencionales a atreverse a reconocer la propia vulnerabilidad y humanidad. La transición de la efectividad legendaria y del poder sólido a la capacidad de motivar con los miembros de un equipo de trabajo y partes interesadas, es una necesidad. Se evidenció a partir de la pandemia mundial de Covid-19. El éxito empresarial no se limitó a “hacer bien” las cosas, como siempre se hicieron, sino emprender diálogos y establecer faros de motivación dentro de la incertidumbre donde deambulábamos todos. Traspasar la obscuridad y el miedo implicó revalorar la fuerza del convencimiento y la unión. El líder debió asumir un rol de inspirador. […]

