ABANICO/ Andrógino, por favor
Por Ivette Estrada Características de la personalidad desde siempre se dividieron en mayoritariamente femeninas o masculinas. Se trata de una bifurcación para ahondar en las brechas de género, en tratar de catalogar y segregarnos. Existes estudios mañosos que incluso aseveran que en las economías donde existe mayor igual de género las características de personalidad de uno y otro sexo son más notables. ¡Craso error! Esta división tiende a bifurcar y establecer modelos idéneos de lo que es la femineidad y masculinidad. En la medida que “aceptamos”, tácita o explícitamente que “debemos” tener determinadas características de personalidad en razón del género, ahondamos en los estereotipos y prejuicios. Minimizar los caracteres andróginos, por otra parte, es apoyar la unificación del ser. Es decir, aceptar que un hombre puede ser amable y una mujer asertiva. Que no hay nada predeterminado, que todo obedece […]