Casa Merlos, donde la mesa se vuelve ceremonia
Por Ivette Estrada En el corazón de la colonia Observatorio, entre calles que aún susurran historias virreinales, se alza Casa Merlos como una casona que no sirve comida: invoca memoria. Aquí, la gastronomía poblana del siglo XVIII no es una oferta culinaria, sino una experiencia vivencial que abraza al comensal como si fuera parte de su linaje. Entrar a Casa Merlos es cruzar un umbral. El mantel blanco no es decoración: es testigo. Las cazuelas de barro no son utensilios sino reliquias. Cada platillo—del mole poblano o al blanco de pepitas de melón o el chile en nogada al dulce de camote morado y piña “lágrimas de Obispo”—es una estación de viaje, una página de historia y ofrenda. La experiencia vivencial comienza con el aroma: clavo, canela, hoja de aguacate. Después, la voz de quien narra: “Esta receta la cocinó […]

