Falsas Pupilas, una muestra del artista Juan Pablo Medina con la curaduría de Irving Domínguez en CDMX

Falsas Pupilas, una muestra del artista  Juan Pablo Medina con la curaduría de Irving Domínguez en CDMX

La obra de Juan Pablo Medina (Jalisco, 1984) sugiere al artista como operador de campos de visión relativamente nuevos, los cuales participan en el proceso de expansión del canon fotográfico.
Medina produce su obra a partir de explorar tanto las posibilidades de la visión remota como el carácter impertinente de las cámaras de los celulares. Además,  según el artista, «recupera, reinterpreta y reorganiza una selección, en apariencia arbitraria, de material visual que circula ininterrumpidamente a través del internet para subrayar el régimen de vigilancia permanente en el cual nos encontramos. La convergencia de imágenes 'originales' (es decir, conocemos quién y porqué se produjeron) e imágenes 'recicladas' (de baja resolución, acceso relativamente libre y de producción anónima o automática para satisfacer distintas necesidades) subraya el estado crítico de la actual producción visual en el arte».

En el caso del drone los ejemplos destacados se rinden a la espectacularidad o buscan escabullirse a las restricciones operativas impuestas por las autoridades del tráfico aéreo y la inteligencia militar. Al romper la expectativa del programa del aparato (Flusser), lo que se espera que vea y nos traiga a la comodidad de las pantallas, Medina pone en cuestionamiento la visión remota. Esto sucede en dos obras: «Membranas» y «Cartas de navegación».
En la primera el artista recupera los momentos inmediatos al reconocimiento de la máquina voladora por quienes se saben observados. Sucede una interacción fugaz, la cual incluye desde un saludo (con el cual se verifica que el aparato es un mediador de la visión y existe un alguien, quien lo opera y observa) hasta quienes intentan bloquear su rostro ante la presencia del drone. En el segundo proyecto la visión vertical y el uso de campos monocromáticos anula las cualidades de la visión aérea al imposibilitar un exitoso reconocimiento territorial y no dejar en claro la escala de la toma. Si bien el resultado es formalmente cohesivo, revela la facilidad con la que puede sabotearse el programa del drone como herramienta de una visión total.

La mirada cenital también organiza el tríptico «En una línea el mundo se une, con una línea el mundo se divide». En cada uno de los tres videos el potencial de vigilancia es desplazado en favor de una mirada contemplativa que conforma durante su observación un documento. Lo que se ha registrado son acciones en el espacio que usan la línea recta como recurso para alterar el paisaje, cual elemento estable del territorio que se altera mediante un recorrido a pie o como una marca que se integra a las dinámicas urbanas a pesar de su condición imprevista.

En la instalación «Este mundo, tal como lo vemos, está sucediendo» se insiste en una mirada indeterminada, es decir, que no constituye una narración ni siquiera una descripción, pero cuyos fragmentos tienen en común ser tomas aleatorias hechas por cámaras web en exteriores e interiores de distintos lugares en el mundo. El eje vinculatorio es la función de vigilancia asociado a las cámaras digitales, el cual se interrumpe porque ninguno de ellos contiene acontecimiento relevante alguno, pero editados en conjunto revelan la tensión asociada a la mirada vigilante que hurga en los espacios en busca de un hecho que rompa precisamente la rutina o el comportamiento “normal” de un colectivo en el espacio público.

Esta selección de obra reciente termina con la propuesta editorial «El vuelo de la polilla», el cual ha sido adaptado para su presentación como parte de un recorrido museográfico. En esta placard Medina hilvana sus poemas con las fotos tomadas con celular en varios cuartos de motel, justo después de que sus inquilinos los han desocupado. Remanentes, en apariencia explícitos, de lo acontecido en una intimidad trashumante, casi todas las imágenes elegidas para la publicación son tomas en picada o contrapicada que detallan el interior de cada habitación y extienden su escala a dimensiones casi inabarcables para una sola mirada. Este se debe a los ángulos elegidos para realizar las tomas, los cuales insisten en el rincón y el fragmento, un recurso para dislocar la aproximación arquitectónica y deslizar una visión bastante más cercana al tratamiento policial de una escena del crimen.

Irving Domínguez, curador de la muestra
Ciudad de México, Mayo del 2019.

Artículo original Falsas Pupilas, una muestra del artista Juan Pablo Medina con la curaduría de Irving Domínguez en CDMX publicado en comunicae.com.mx

Source: Ciencia

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