Ciclismo, responsabilidad vial de todos

El ciclismo es una forma de movilidad sustentable, limpia, barata y sana, que ha ganado popularidad, pero sobre todo en centros urbanos densamente poblados y con un parque vehicular amplio. 70% de la población en Holanda tiene una bicicleta con la cual se transporta todos los días prácticamente a todas sus actividades. Esto se da porque existe una fuerte cultura, que no es más que habituar acciones como parte de un bien colectivo. Esta cultura ciclista en el país Europeo, reduce notablemente las emisiones de carbono por persona, fomenta el acondicionamiento físico y desincentiva el uso innecesario y compulsivo del automóvil.

La red de carriles para bicicleta más extensa del mundo se encuentra en dicho país, donde el ciclista tiene prioridad de paso sobre motociclistas, automovilistas, scooters y cualquier otro tipo de vehículo. Lo que ha llevado que esta cultura del ciclismo se fortalezca desde las escuelas. Desde ahí, el gobierno implementó clases de ciclismo fomentando a que sea la primera opción de transporte para los jóvenes que aún no tienen permiso de conducir. La bicicleta se ha vuelto un miembro más de la familia holandesa, incentivando un modelo sustentable que a diferencia de países subdesarrollados como México, prioriza la movilidad sobre el “estatus” de un automóvil.

De a cuánto y de a cómo en la CDMX

Este exitoso modelo se intenta replicar en todo mundo, para que pase de ser un proyecto con buenas intenciones, a ser parte de la cultura vial en el ciudadano. En México como en otros países con una fuerte cultura de consumismo aspiracional, se ha hecho creer a la sociedad que el automóvil es un símbolo de progreso, estatus y clase, dejando de lado la movilidad, calidad del aire y sustentabilidad como elementos románticos para unos cuantos. En México el auto va primero.

La Secretaría de Movilidad de la Ciudad de  México (SEMOVI), es la encargada como su nombre lo indica, de la movilidad en cada aspecto que la comprende. Ya sea a través de scooters o bicicletas de prepago, rutas de transporte público o cualquier otro tipo de opción para que los ciudadanos se trasladen a lo largo de las 16 alcaldías que componen la urbe.

La institución ha invertido grandes cantidades de recursos materiales y humanos para crear una cultura de la movilidad sustentable que desincentive el uso innecesario del automóvil, para darle a la ciudadanía opciones limpias de transporte, ya sea a través del exitoso sistema metrobús o bien, ampliando la red de ciclovías y el servicio “Ecobici” que aviva el uso de la bicicleta.

De acuerdo con datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 35.9% de la población dentro de la Ciudad de México posee una bicicleta, aunque no para todos estos dueños de una, la usen activamente como su primera opción para transportarse. Con respecto a ciclistas activos, sólo el 2.2% (340 mil habitantes) la utiliza activamente y de manera cotidiana. Por cada 4 ciclistas hombres, hay 1 ciclista mujer.

En cuanto a infraestructura, la SEMOVI ha dado a conocer en su plan de movilidad para el 2019 que existen 25 ciclovías repartidas en la ciudad, que en total ofrecen a la ciudadanía 170 km de vías para trasladarse. Existen retos como tramos aislados, sin conexión entre ellos mismos o zonas donde la ciudadanía o el comercio ambulante no respeta las ciclovías y el ciclista simplemente no puede pasar. La inversión aproximada en ciclovías para 2019 será de 201 MDP y abarcará desde las ciclovías existentes en Paseo de la Reforma hasta nuevas rutas que conectarán con Xochimilco y Tláhuac.

La seguridad es un tema crucial para el ciclismo en la Ciudad de México. Un número importante de agresiones han sido documentadas a través de las redes sociales, donde se evidencia la violencia hacia los ciclistas por parte de automovilistas principalmente. En este aspecto, las cámaras de acción montadas en los cascos de los ciclistas, han sido cruciales para visibilizar un problema que va más allá de instituciones, leyes o gobiernos: México no tiene y al parecer todavía se resiste a tener una cultura de inclusión y respeto al ciclista.

Cabe resaltar que las cámaras de acción, son dispositivos que hoy en día acompañan no sólo a ciclistas sino a motociclistas y hasta corredores, debido a su bajo costo, practicidad y sobre todo, que son elementos probatorios frente a agresiones físicas o verbales que escalan al plano legal.

El mejor transporte ecológico

La Secretaria del Medio Ambiente (SEDEMA), encargada de la evaluación en materia ambiental en la Ciudad de México, creó un programa para promover un uso más frecuente de bicicleta: La bici escuela, donde se imparten temas como mecánica básica, beneficios de salud y medio ambiente, derechos y obligaciones para estos usuarios.

“Para ser un ciclista responsable es necesario desarrollar habilidades y conocer normas viales – También hemos observado gran popularidad en el programa ‘Muévete en Bici’ en los paseos dominicales o nocturnos”, declaró Fernanda Rivera, Directora de Seguridad Vial y Movilidad Sustentable en la CDMX.

Fomentar el uso de transporte ecológico en la sociedad resulta una obligación cuando se habla de beneficios para el medio ambiente y nuestra propia salud, donde resaltamos el hecho de que las bicicletas no emiten gases de efecto invernadero, mejora nuestra calidad de vida física y mental, y favorece los ingresos económicos pues ahorra combustible y su mantenimiento es mínimo. La bicicleta es y debe ser el transporte del futuro.

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