Soñó el Chelsea, gracias al vengativo Raheem Sterling, con tomar el Etihad Stadium y someter al Manchester City a su primera derrota en casa del año. Soñó hasta que Rodrigo Hernández, experto en apagar incendios y desactivar problemas, enganchó uno de sus clásicos misiles y colocó un empate que aprieta aún más la Premier League.
El City, que dependía de sí mismo para ser líder de la competición, ya ha perdido esa ventaja. El empate ante un irreconocible Chelsea, en un partido terrible de Erling Haaland, que falló como nunca, balancea el título hacia el lado del Liverpool y comprime los primeros puestos; de ganar el partido aplazado, Liverpool, City y Arsenal estarán en una brecha de dos puntos.
En una tarde en la que se saboreaba en el ambiente una goleada parecida a la de febrero de 2019, cuando los ‘Sky Blues’ ganaron 6-0, el Chelsea, como ya hizo en la ida, dio sorprendentemente la cara. Si ya sorprendió a los ‘cityzens’ con el 4-4 de Stamford Bridge, esta vez les puso contra las cuerdas y les condenó a contentarse con el empate, pese a que las caras de Haaland y Phil Foden al final del encuentro fuera de decepción total.
El noruego, incluso, apartó la cámara que le filmaba tras el pitido final, consciente de que acababa de completar uno de sus peores partidos. Diez disparos, cero goles, su peor registro desde que llegara al City. Su estadística de ‘Goles Esperados’ se elevó hasta el 1,88, pero fue incapaz de ver puerta.
Mauricio Pochettino tomó nota del peligro que hizo el Copenhague con espacios y apretando la salida de balón del City, especialmente de Ederson, y los ‘Blues’ encontraron vías para hacer daño. Un fallo de Nicolas Jackson en el mano a mano contra Ederson fue el precedente que avisó de su peligro.
A la segunda que tuvieron, en una pared en banda entre Jackson y Palmer, el africano sirvió la pelota para que Sterling dejara por los suelos a Kyle Walker y marcara ante Ederson. Se cobró una venganza particular y no dudó en celebrar el tanto.
En el otro extremo del campo, Haaland no paró de errar ocasiones, sobre todo de cabeza. Una decena de oportunidades falladas que evitaron que el City pudiera resolver el trabajo antes de tiempo y que permitió que el Chelsea, a la contra, rozara finiquitarlo. Sterling, en una buena parada de Ederson, dejó escapar su noche soñada.
Con el City rondando la treintena de disparos sin éxito y el Chelsea siendo el tercer equipo de la Premier que más concede en los quince minutos finales, el tanto, llegara de la forma que fuera, era prácticamente una apuesta segura.
Y como en la mayoría de partidos importantes del último año, llevó el sello de Rodri.
Tras un disparo de Walker que repelió Disasi, la pelota le cayó a Rodri en su zona, dentro del área grande. La empaló con la zurda, tocó en Chalobah y a la red.
Pese a los esfuerzos para intentar el segundo y una petición de penalti en el último instante, el City se conformó con un empate que les deja terceros con 53 puntos y un partidos menos que el Arsenal (55) y el Liverpool (57).
El Chelsea es décimo una jornada más, igualado con el Brighton y aún lejos de la zona europea de la competición.