Impune contaminación al manto freático por los desarrolladores inmobiliarios en Yucatán
Advierten especialistas la imparable contaminación al manto freático con “aguas negras” y múltiples contaminantes por los corporativos inmobiliarios con sus desarrollos y el desordenado crecimiento poblacional.
Demuestran investigadores que el manto freático de Yucatán es vulnerable a la contaminación por sus características, coinciden en que el subsuelo está expuesto a muchos agentes contaminantes que cada día cobran mayor presencia con la actividad humana, ante el acelerado crecimiento de la población en el estado, ante el boom de desarrolladores que construyen impunemente.
Para Yucatán se ha convertido en un gran problema la contaminación del acuífero, ya que sus suelos son muy permeables, además de que más de 60% de la población yucateca reside en la zona metropolitana de Mérida, por lo que el problema más grave para el manejo de las aguas negras por la sobrepoblación. Ahora buscan crecer y afectar en los municipios.
Los contaminantes son muchos, compuestos químicos, productos farmacéuticos, artículos de cuidado personal, como jabones y cosméticos, cuyos desechos van a parar a las fosas sépticas o directamente al medio ambiente, las aguas de las granjas avícolas y porcícolas, pero a esto se suma la contaminación mas grande de los desarrolladores que vorazmente van creciendo y dañan con las aguas negras, sin un plan integral que controle esos desechos y descaradamente contamine el manto friático yucateco.
Elsa Noreña Barroso, doctora Ciencias Marinas, investigadora de la Unidad Académica-Sisal de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuyo trabajo se enfoca en el estudio de contaminantes orgánicos en aguas, sedimentos y organismos, dice que hay amplia variedad de sustancias que antes no se tomaban en cuenta y comenzaron a tener la atención de la comunidad científica en fechas relativamente recientes, ante su impacto en la vida diaria, y alerta sobre las diferentes vertientes del problema de la sobrepoblación.
Ante tal situación se debe tomar en cuenta que los mantos acuíferos de Mérida están contaminados; uno de los factores básicos de esta situación es la fecalización, ya que más de 70% de las viviendas tienen un sumidero que deja pasar todo al manto freático; 27% cuenta con fosas sépticas y únicamente 3% tiene biodigestores y a esto se suma el Crecimiento poblacional y desarrollos inmobiliarios que están afectando el manto freático en Yucatán.
Según revela un estudio de la Universidad Autónoma Metropolita, que es inminente el riesgo en que se encuentran el manto freático, por la constante contaminación en la zona, debido a que Yucatán es una de las entidades que no sanea sus aguas residuales.
La doctora Mónica Chávez Guzmán, investigadora del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi (CIR) de la Universidad Autónoma de Yucatán. El crecimiento de la población, aunado al “preocupante” aumento de los nuevos desarrollos inmobiliarios, que proliferan de manera desordenada en la zona metropolitana de Mérida, impactan en los mantos friáticos de Yucatán.
“Es algo muy preocupante porque vemos un crecimiento impresionante, no creo que todas las nuevas construcciones tienen tratamiento de aguas y, de todos modos, algo se va al manto acuífero. Tenemos que tomar en cuenta que hay una capacidad de carga”, preciso.
La académica advirtió que el agua del manto acuífero se encuentra en un gran riesgo, pues está altamente contaminado, sobre todo por los megaproyectos que se han detonado desde hace años, y las granjas porcícolas, avícolas; por lo que es necesario, de manera urgente, frenar el acelerado e inconsciente crecimiento de los desarrolladores inmobiliarios.
Recalca la bióloga que el cambio climático, sumado al incremento de la población y la contaminación que genera la humanidad, afecta severamente al manto acuífero.
“Todo lo que se derrame en la superficie de la península de Yucatán va a ir a dar al acuífero subterráneo que se encuentra enlazado uno con otro a través de canales”. Es decir, que si se contamina, todo irá a parar a los mares, a la flora y fauna que se consume de este ecosistema.