El clarividente y psíquico dominicano Saúl Maxwell se sinceró durante una entrevista exclusiva que tuvo con la periodista y conductora Mara Patricia Castañeda para su programa de youtube; “En Casa de Mara”.
Desde el inicio de la charla, se notó la conexión que entablaron tanto Mara como Saúl, quienes tocaron diferentes temas, pero poniendo énfasis en ese don que posee, de establecer contacto con otras entidades ajenas a este mundo.
Al preguntarle sobre cómo se dio cuenta de que poseía un don diferente a los demás, el psíquico señaló que desde que estaba en la escuela, sentía y veía a diferentes ángeles. Este don de poder ver a seres divinos, provocó que fuera rechazado, incluso a sufrir bullyng; ya que la gente no entendía que él había sido elegido para ayudar a las demás personas.
Otro punto que se trató en la amena plática, es que es el único clarividente que hace predicciones en cinco diferentes idiomas, ya que por necesidad y debido al trabajo de su padre, tuvo que aprender a comunicarse en varios idiomas.
Pero sin lugar a dudas un tema que Mara Patricia Castañeda no pudo dejar de escapar, fue el referente a la Pandemia que se vive, la cual ha dejado miles y miles de víctimas en todo en el mundo; argumentando que continuará en el 2021, señalando que varios países seguirán buscando la vacuna que acabe con este mal; incluso mencionó que México tendrá su propia vacuna.
A sus 47 años de edad, Saúl Maxwell ha tenido la fortuna de sacarse hasta en cinco ocasiones la lotería; la primera de ellas cuando era niño, con lo cual su mamá pudo comprarse una casa.
Por lo que respecta en su vida privada, reveló que tiene cuatro hijos que son adoptados, a los cuales les dio estudio para que se convirtieran en personas de provecho.
Debido al don que posee, distintas personalidades del medio artístico y de la política se han acercado con él; siendo una de ellas la cantante y actriz Jennifer López; sin embargo algo que llama la atención, es que Saúl no cobra ningún peso, no cuenta con ninguna tarifa; lo que la gente le quiera dar lo recibe con las manos y el corazón abierto.
