El presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su confianza en que la reforma al Poder Judicial, promulgada el pasado 15 de septiembre, mejorará la impartición de justicia en México en un plazo de 10 años.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, el mandatario destacó que el cambio principal de esta reforma es que jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte serán elegidos por voto popular.
López Obrador subrayó que esta medida permitirá que los jueces sean responsables ante la ciudadanía y no deban favores a grupos políticos o de poder, lo que, según él, fortalecerá la democracia y el sistema judicial.
“El juez va a ser nombrado por la gente, no le va a deber el favor a nadie… Esa es la democracia”, afirmó.
El presidente reiteró su crítica hacia el actual Poder Judicial, al que describió como “tomado, atrapado, secuestrado”, sirviendo solo a una minoría y a intereses delictivos, tanto de la delincuencia organizada como de grupos de poder económico.
Señaló que durante décadas, el Poder Judicial ha sido manejado a través de cuotas políticas, y que las posiciones de jueces, magistrados y ministros se repartían entre partidos y líderes políticos.
López Obrador también mencionó que, en el pasado, algunos presidentes, como Ernesto Zedillo, entregaron instituciones clave a la oposición como parte de acuerdos políticos, calificando estas acciones como una estrategia de las élites para controlar el poder.
El presidente confía en que, con la implementación de esta reforma, la justicia en México será más equitativa y accesible para todos los ciudadanos en un futuro cercano.