GOBIERNO DE CALIDAD/ Primeros auxilios contra cibercriminalidad
Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, consultoría de Políticas Públicas.
Existen infinidad de crímenes cibernéticos pero también “curas” fundamentales. Estas son las principales:
Hostigamiento o cyberbullying.
El hostigamiento es uno de los ejemplos más comunes de ciberacoso, ya que se da cuando alguien utiliza Internet de manera sistemática y repetida para acosar, amenazar o intimidar a alguien. Hay muchas formas de hacerlo, como a través de correos electrónicos, redes sociales o salas de chat.
Quien es víctima de ciberacoso, puede denunciarlo y recopilar pruebas para presentarlas a las autoridades. Además, es importante bloquear al acosador en las redes sociales y cambiar las contraseñas para proteger la información.
Suplantación de identidad o phishing,
La suplantación de identidad ocurre cuando alguien utiliza el nombre o la identidad de otra persona en Internet sin su consentimiento con la intención de causar daño, intimidar, defraudar o amenazar a la persona. Esto se ha vuelve común en forma de cuentas falsas en redes sociales o esquemas de phishing, que causan un gran perjuicio a las empresas y costo promedio de $1.6 millones.
Para prevenir la suplantación en línea, es importante mantener una protección adecuada contra el robo de identidad en los dispositivos y reportar cuentas falsas a un moderador de redes sociales, editor o administrador del sitio. En caso de que la situación trate de dañar la reputación, es recomendable contactar a un abogado para ayudar a construir un caso.
Catfish o identidad ficticia.
El «catfishing» es otro de los ejemplos de ciberacoso que ocurre cuando alguien en Internet crea una identidad ficticia con el propósito de iniciar una relación, una estafa que se ha vuelto cada vez más común en la era de las citas en línea.
Aunque no es ilegal, si conduce a problemas más graves, como la transferencia de dinero, que convertirse en un delito diferente. Hay señales comunes de «catfishing» que pueden ayudarte a reconocer la situación, como perfiles nuevos, incompletos o inconsistentes, la urgencia por avanzar rápidamente en la relación y la falta de disposición para reunirse en persona.
Doxeo o búsqueda de acoso.
El doxeo es la publicación en línea de la información personal de alguien con la intención de que otros los acosen. Esto puede incluir desde la dirección hasta el número de teléfono o información sobre su familia.
Si la información difundida es pública, no es un delito, pero puede ser ilegal si es privada o si se obtuvo de manera ilegal. También se vuelve ilegal si se demuestra que la intención es amenazar o acosar.
Para prevenir el doxeo, cerciorarse de que la información sea privada, revisar qué información se publica sobre ti en Internet y tomar medidas para eliminarla, mantener tus perfiles en línea privados y utiliza una VPN para proteger la ubicación. Asimismo, eliminar proactivamente los datos de los sitios de corredores de datos.
Swatting.
El «swatting» es una práctica peligrosa que es similar a otros ejemplos de ciberacoso como el doxeo, pero en este caso no solo se divulga información personal de alguien, sino que se hace una llamada falsa a la policía.
Esta acción puede resultar en cargos criminales, multas y tiempo en prisión para los responsables. Para prevenir el «swatting», es recomendable proteger tu dirección IP con una VPN y comunicar posibles amenazas a las autoridades locales.
Trolleo.
El trolleo consiste en realizar comentarios no solicitados en comunidades en línea que son aleatorios o controvertidos, con el objetivo de provocar emociones. Los individuos que realizan este tipo de acciones se denominan «trolls» y pueden causar peleas o molestias mientras se esconden tras la seguridad de sus pantallas.
Existen varias formas de trollear en Internet, desde comentarios constructivos hostiles hasta presentar narrativas falsas para hacer que la persona dude de su realidad. Aunque no es un delito en sí mismo, en casos extremos puede desembocar en otras conductas delictivas.
Pornovenganza.
El término pornografía de venganza o pornovenganza se refiere a la difusión de imágenes o videos sexuales privados sin el consentimiento de la persona, generalmente como forma de venganza. Este acto puede ser extremadamente invasivo y traumático, ya que puede surgir del sexting, donde las personas intercambian fotos desnudas, pero si estas imágenes no son deseadas o caen en manos equivocadas, pueden convertirse en un caso de pornografía de venganza.
Así como otros ejemplos de ciberacoso, esta práctica es ilegal y varios países tienen leyes específicas al respecto, como la Ley Olimpia en México. Para prevenir la pornografía de venganza, es importante abstenerse de enviar fotos sensibles y, si una imagen se publica sin consentimiento, contactar al administrador de la plataforma para que la retire y tomar acciones legales correspondientes.
Fake news.
Las fake news son una forma de ciberacoso porque tienen la capacidad de difundir información engañosa o completamente falsa con el objetivo de perjudicar a personas o grupos específicos. Estas noticias manipuladoras se propagan rápidamente a través de Internet y las redes sociales, aprovechando la falta de regulación en la veracidad de los contenidos en línea.
Este tipo de contenidos puede presentarse de diversas formas, como descontextualización, titulares sensacionalistas, contenido mal redactado y falta de pruebas, y pueden clasificarse en varios tipos, como sátira, contenido engañoso, contenido impostor, contenido fabricado, entre otros.
Stalkeo.
Stalkear es también uno de los grandes ejemplos de ciberacoso porque implica la vigilancia o el espionaje en línea de una persona, principalmente a través de sus perfiles en redes sociales, con el fin de obtener información sobre su vida privada.
Aunque inicialmente puede parecer una simple curiosidad o un interés legítimo por la vida de alguien, el stalkeo puede llegar a ser intrusivo y acosador cuando se lleva a cabo de manera sistemática y excesiva.
Este comportamiento puede causar incomodidad, ansiedad y violación de la privacidad de la víctima, y en algunos casos puede ser utilizado para propósitos maliciosos, como la creación de perfiles falsos o la realización de delitos.
Grooming digital.
El grooming digital implica la manipulación de un adulto para establecer contacto con un niño, niña o adolescente a través de medios digitales, con el objetivo de ganarse su confianza y luego involucrarlos en actividades ilícitas. Esta práctica, que puede comenzar con conversaciones sobre sexo y el intercambio de material íntimo, puede evolucionar hasta llegar a encuentros sexuales reales.
Esta forma de ciberacoso es extremadamente peligrosa y puede tener consecuencias devastadoras para la víctima, incluyendo trauma emocional y abuso sexual. Es esencial prevenir el grooming a través de la educación en materia de sexualidad y el uso seguro de las herramientas digitales, así como fomentar la comunicación abierta y el apoyo del entorno cercano a los menores.