¿Pueden regresar las bodas de forma segura y responsable?

Los profesionales del sector de las bodas avanzan en la integración de protocolos para garantizar que los eventos sociales cumplan todas las medidas y recomendaciones marcadas por las autoridades sanitarias. También las parejas se preparan y ajustan sus planes a una situación que hace unos meses no habrían podido imaginar.

Entre los lineamientos que seguirán tanto empresas de banquetes como proveedores de otros rubros, quienes ya están haciendo importantes inversiones, destacan la capacitación y el equipamiento de su personal, así como la adaptación creativa de las medidas para demostrar que las bodas pueden ser sanas y emotivas.

Identificar los puntos más sensibles y de mayor afluencia es siempre el primer paso. Por eso en los accesos de las bodas de la “nueva normalidad” será habitual ver cubrebocas, filtros sanitarios, tapetes sanitizantes y estaciones de gel hidroalcohólico para la desinfección de calzado y manos.

También tendrá que limitarse el autoservicio en los corners de comida y garantizar que se cumplan las recomendaciones de sana distancia en cada uno de los momentos. Por ejemplo, evitando dinámicas y juegos que impliquen aglomeraciones de personas o reservando un espacio mayor para los servicios de música y entretenimiento como el photo booth. La “nueva normalidad” está trayendo nuevas costumbres, pero ¿aceptan las parejas estas nuevas pautas?
 

Las parejas, dispuestas a acatar las medidas

Como revelan los resultados de una encuesta realizada por Bodas.com.mx a 430 parejas cuyas bodas resultaron afectadas por la pandemia, nueve de cada 10 (87%) ya adoptaron medidas preventivas en su nueva fecha. La más popular será la de incorporar dispensadores de gel desinfectante, así como obsequiar cubrebocas a sus invitados.

La mitad (48%) de aquellos que tuvieron que posponer su boda ya hizo cambios en la logística del evento como mover su celebración al exterior o redistribuir los espacios del salón para mantener la distancia entre invitados.

También una de cada dos parejas (48%) está ajustando algunos servicios de su banquete a las recomendaciones sanitarias. Entre las habituales están optar por menús emplatados o aperitivos servidos en vez de buffet o plantear cambios en el tipo de animación para la fiesta.

El número de invitados será otro de los ajustes importantes para las bodas de los próximos meses y ya una de cada tres parejas (32%) está haciendo un esfuerzo para reducir su lista de invitados para que las celebraciones concentren a menos personas.

Respecto a la experiencia de los invitados, la mitad de las parejas (51%) ya prevé utilizar herramientas digitales para la comunicación con sus seres queridos. Las invitaciones digitales, las actualizaciones a través de la web de la boda y, en general, las notificaciones online sobre las medidas que tendrán que tomar los asistentes serán cotidianas.

Las parejas también evaluaron qué hacer con los invitados en situación vulnerable o que vivan lejos y que, debido a las restricciones para viajar, no puedan asistir físicamente. Para tenerlos más cerca sin comprometer su salud, una de cada tres parejas afectadas (34%) recurrirá a las videollamadas, tan populares durante el tiempo de cuarentena en casa.
 

El amor se pospone, no se cancela

La pandemia por COVID-19 trajo consigo un largo receso, insólito para un país en el que cada año contraen matrimonio un millón de personas. Desde mediados de marzo, más de 100,000 parejas tuvieron que poner en espera sus planes de boda. Del total de enlaces afectados, un 97% optó por reagendar su boda a una nueva fecha. En este proceso las han acompañado sus proveedores, quienes también esperan que pronto pueda haber condiciones para volver a celebrar el amor.

De acuerdo con la estrategia del gobierno federal, la reapertura de los salones de eventos solo se permitirá a partir del semáforo amarillo y con una limitación del 50% de aforo, aunque las restricciones pueden variar según consideren los gobiernos estatales. Nota importante: al envío de este boletín de prensa, todavía ningún estado ha entrado en semáforo amarillo.

“Para la industria nupcial, que en México tiene un valor anual de unos 100 mil millones de pesos, reanudar actividades de forma responsable es fundamental para la recuperación sostenible del sector, además de un deber social. Por eso los profesionales están completamente enfocados en respetar los tiempos y tomar las medidas necesarias para que las celebraciones con familiares y amigos puedan regresar con todas las garantías”, explica Nina Pérez, CEO de Bodas.com.mx.

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